Prisiones en Singapur
El sistema carcelario de Singapur se concentra
básicamente en una enorme prisión, la prisión de Changi que alberga 23 000
presos. Se trata de un complejo con edificios altos y tecnología avanzada, un
espacio confinado donde los reclusos ven raramente la luz del día.
A principios de los años 2000, el Servicio
Penitenciario de Singapur (SPS, Singapore Prison Service) encargó la mejora de
su imagen a Burson-Martseller, una agencia que colabora con regímenes
dictatoriales y empresas multinacionales.
Desde entonces el SPS presenta la
reinserción de los presos como su misión principal.
Para apoyar su campaña de “reinserción”, el SPS creó
el Care Network, un consorcio de instituciones que ayuda a los expresidiarios a
reintegrarse en el mercado de trabajo una vez finalizada su pena. La
Administración asegura que, en 2015, el 16% de los presos obtuvieron la
garantía de un trabajo, antes de su liberación.
A pesar de ello, las condiciones de reclusión son
inhumanas, e infringen un gran número de normas internacionales.
Los reclusos
pasan 23 horas al día encerrados en la celda, duermen en el suelo y tienen un
acceso restringido a los medios de comunicación, al trabajo o a actividades
recreativas.
Los presos que cometen infracciones dentro de la prisión suelen
ser castigados con latigazos
En 2012, la tasa de reincidencia fue estimada en un
27.5%.
Esta cifra contradice los numerosos estudios científicos que prueban que
las condiciones inhumanas de encarcelamiento reducen las posibilidades de
reinserción social.
Dicha cifra es además difícil de comprobar: en 2015 el país
se encontraba en el puesto 153 de 175 en la Clasificación Mundial de la
Libertad de Prensa, publicada por Reporteros Sin Fronteras.
https://www.prison-insider.com/
Comentarios
Publicar un comentario